Themenos ( τέμενος, ‘recinto’) es una palabra griega que denomina un lugar de culto, un recinto delimitado y consagrado a un dios, excluido de usos seculares. Estos lugares separaban de forma evidente y precisa las áreas sagradas de las consideradas simplemente profanas, el espacio de los dioses frente a aquellos en los que se movían con los hombres. Aunque todos estos recintos sagrados tenían sus peculiaridades, compartían ciertos rasgos comunes en su estructura: se protegían con un muro y tenían acceso a través de un pórtico monumental (própilon) que llevaba por una ruta procesional (vía sacra) hasta el tempo principal, con frecuencia ubicado en el centro.
En casi todos los Themenos había templos secundarios, edificaciones destinadas al mantenimiento o custodia de tesoros y ofrendas, y espacios públicos para la celebración, no solo de ceremonias religiosas sino también de reuniones colectivas de diversa índole : competiciones deportivas, representaciones teatrales, certámenes poéticas o musicales.
La Themenos debía contar con 3 terrazas (espacios abiertos con dimensiones de permanencia), un recorrido un anfiteatro con gradas y un lugar de exposiciones, aunque muchos santuarios pequeños consistian sencillamente en un Themenos con un altar y sin templo. En cualquier caso, casi siempre había que someterse a una purificación antes de poder entrar en él.
Los grandes santuarios eran recintos sagrados que servían para reunir a todos los habitantes de una región (ya que cada polis solia tener una zona dedicada a su divinidad protectora) o en el caso de los más importantes, de toda Grecia. Son los llamados Santuarios Panhelénicos, que aumentaban la cohesión interna de los griegos, contrarrestando su tendencia a la Independencia política. Al ser santuarios reconocidos en toda Grecia, cada vez que se celebraban las grande fiestas, solía decretarse una trega y se procuraba aumentar la cohesión cultural entre las distintas polis.
Los Themenos panhelénicos más importantes fueron el de Olimpia (dedicado a Zeus), el de Delphos (dedicado a Apolo), el de Epidauro (dedcado a Asclepios), y el de Eléusis (dedicado a Démeter). Los dos primero eran famosos por sus juegos, en cambio los segundos eran de carácter mistérico. Hay de otros tipos, pero éstos sirven para mostrar ejemplos del culto a los dioses celestiales (Zeus, Apolo) y a los dioses infernales (Asclepios, Démeter), siendo necesario precisar que la relación de los griegos con el cielo o el infierno no tenía las connotaciones morales (bondad (maldad) del cristianismo.
Para los griengos clásicos, algunos lugares eran sagrados en símismos, sitios donde se abría una especie de pasillo invisible que comunicaba lo mundano con lo divino, y eran esos lugares los que escogían para alzar sus tempos.
De este modo, el nombre Themenos canaliza nuestro deseo de construir y disponibilizar un lugar que ofrezca vías que conecten estos mundos, que ofrezca un templo del alma. Donde podamos avanzar en la tarea humana de diferenciarnos e integrarnos en el más alto nivel posible, donde profndiar en un vivir consciente y con sentido. Donde podamos encontrar la Llamada interior a nuestra misión principal: ser auténticamente nosotros mismos.